Ernesto Sábato nació en la ciudad de Rojas (pcia. Bs. As.), a 52 kilométros de donde hoy está enterrado Pancho Sierra. Esto ayuda a entender por qué hay tres menciones a Pancho Sierra -todas muy respetuosas- en su famosa novela, Abbadón el exterminador :
"Pasaron algunos años después de su muerte cuando
leyendo uno de esos libros de ocultismo supe que el 24 de junio era un día
infausto, porque es uno de los días del año en que se reúnen las brujas.
Conciente o inconcientemente mi madre trataba de negar esa fecha, aunque no
podía negar lo del crepúsculo: hora temible. No fue el único hecho infausto
vinculado a mi nacimiento. Acababa de morir mi hermano inmediatamente mayor, de
dos años de edad. Me pusieron el mismo nombre! Durante toda la vida me
obsesionó la muerte de ese chico que se llamaba como yo y que para colmo se
recordaba con sagrado respeto, porque según
mi madre y doña Eulogia Carranza, amiga de mi madre y allegada a don Pancho
Sierra, "ese chico no podía vivir". Por qué? Siempre se me
respondió con vaguedades, se me hablaba de su mirada, de su portentosa
inteligencia. Al parecer, venía marcado con un signo aciago. Estaba bien, pero
por qué entonces habían cometido la estupidez de ponerme el mismo nombre? Como
si no hubiese bastado con el apellido, derivado de Saturno, Ángel de la soledad
en la cábala, Espíritu del Mal para ciertos ocultistas, el Sabath de los
hechiceros." (pag. 15)
"Carlucho dejó de sorber el mate, admirado.
—Tre o cuatro pare, decí?
—Sí, tres o cuatro pares de zapatos.
Carlucho se echó a reír con ganas.
—Pero pa qué necesitá tre o cuatro pare si no tenemo má
que do pie?
Es cierto, a Nacho no se le había ocurrido.
—Y si alguien va al galpón y roba?
—Roba? Y pa qué? Si necesita algo se lo pide y se lo van
a dá. Está loco?
—Entonces no habrá más policía.
Gravemente, Carlucho hizo un gesto negativo con la
cabeza.
—No habrá más policía. La policía é lo pior de todo. Te
lo digo por esperiencia.
—Por experiencia? Qué experiencia?
Carlucho se replegó sobre sí mismo y repitió en voz baja,
como si no quisiese
referirse a eso, como si lo de antes se le hubiera
escapado.
—Esperiencia y yastá —comentó ambiguamente.
—Y si alguno no quiere trabajar?
—Que no trabaje si no quiere. Ya veremo cuando tiene
hambre.
—Y si el gobierno no quiere?
—Gobierno? Pa qué necesitamo gobierno? Cuando yo era chico y quedamo en la calle,
muerto de hambre, mi viejo salió adelante porque don Pancho Sierra le puso una
carnicería. Cuando me fui a pionar, tampoco necesitábamo el gobierno.
Cuando me fui al circo, tampoco. Y cuando entré al frigorífico de Berisso, pa
lúnico que sirvió el gobierno fue pa mandarno la policía en la huelga y
torturarno" (pag 121)
"Chupó profundamente el mate, como si en lugar de chuparlo
lo pensara.
—Desde la langosta... Y bueno... Mi padre le trabajaba un
campito a don Pancho Sierra, entre Cano y Basualdo. Un hombre muy bueno. No
sólo curaba, también daba remedio al pobrerío. Tenía una barba larga y blanca,
hasta aquí. Medio mago era. Cuando nacían lo chico mi madre se lo llevaba ante
e cristianarlo, y él le decía éste le va a viví éste no le va a viví. Fuimo
trece hermano, ya te conté. Y bueno, don Pancho le anunció que tré no le iban a
viví: ni la Norma, ni la Juana, ni la Fortunata.
—Y se murieron? —preguntó Nacho, maravillado.
—Y claro —respondió Carlucho con sencillez—. No te digo
quera medio mago? Así que mama se resinaba de antemano, porque don Pancho le
decía vea doña Feliciana no llore y resínese, que así lo quiere Dio. Pero lo
mismo mama lloraba y la cuidaba, pero lo mismo se moría. Así é la vida, Nacho." (pag. 122)
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